La Tecnocracia en nuestra sociedad está aquí para quedarse. Todos nuestros movimientos controlados por la ciencia y la tecnología, todo medido por estadísticas, estudiado desde todos los ángulos. Ya no queda espacio al azar, a lo natural, a lo divino. Ya no quedará espacio en esta vida para disfrutar como un niño que se sorprende con lo desconocido.